Cuando nace un bebé, normalmente no se puede evitar analizarlo con lupa buscando cualquier posible imperfección que no se vea a simple vista. Y en esa minuciosa observación, es posible que nos demos cuenta de que los testículos no se presentan de la forma en que deberían. Pero ahí está el pediatra para tranquilizarnos y hablarnos de la criptorquidia. Y ¿qué sucede con los adultos? ¡Veámoslo todo a continuación!
Definición de criptorquidia: ¿Qué es?
Aunque la palabreja se las traiga, no es algo tan infrecuente después de todo. Las estadísticas hablan de un 3 % de neonatos que pueden presentar este problema. Y, en el caso de los prematuros, esa cifra puede alcanzar el 30 %. Espectacular sin duda.
Como definición de criptorquidia, nos serviría la siguiente: Condición que aparece cuando uno de los testículos no ocupa su posición habitual en la bolsa de tejido que cuelga debajo del pene, el escroto. Dicho de otra forma, no ha descendido.
¿Por qué decimos «descendido»? Cuando el embrión va tomando forma, los testículos presentan su punto de origen en la parte baja del abdomen. En los dos últimos meses del embarazo, van descendiendo a través de un conducto conocido como canal inguinal hasta colocarse en el escroto.
Cuando el testículo se oculta o pasa desapercibido ante la palpación, hallamos explicación en una disrupción o retraso del proceso normal de desarrollo del mismo. En la mayoría de los casos, el testículo se coloca en su lugar habitual en los primeros meses de vida. Pero si no es así, si transcurren cuatro meses y el testículo sigue sin descender, está claro que el problema no se va a corregir solo y necesitaremos intervenir para evitar posibles complicaciones más adelante.
Criptorquidia unilateral frente a criptorquidia bilateral
La falta de descenso de uno de los testículos se conoce como criptorquidia unilateral. Mientras que, si son los dos los que no han ocupado su posición en el escroto, tendremos que hablar de criptorquidia bilateral. Haga clic para visitar la farmacia en línea: https://farmaciauna.com/
Por regla general, esta patología suele afectar solo a uno de los testículos, pero en el 10 % de los casos el problema se extiende a ambos. Una criptorquidia bilateral no tratada durante los primeros meses puede presentar un problema añadido: un déficit hormonal.
La criptorquidia en adultos no es tan frecuente
Por otro lado, la criptorquidia en adultos no es muy frecuente, ya que se supone que han sido tratados al poco de nacer. Pero, si no es así, es posible que experimenten serios problemas de fecundidad. Por ejemplo, un adulto con criptorquidia bilateral persistente no suele tener espermatozoides mientras que esa misma complicación, tratada, puede significar unos 20 millones de espermatozoides por ml en una eyaculación.
Del mismo modo, el 50 % de adultos con criptorquidia unilateral persistente suele tener esos 20 millones de espermatozoides por ml frente al 70 % que los consigue con un tratamiento en el momento adecuado.
Causas de la criptorquidia y posibles complicaciones
No se conocen con exactitud las causas de esta patología. En el caso de los partos prematuros, sí está claro que se debe a que el proceso de maduración del feto se ha visto interrumpido y no ha habido tiempo para un desarrollo completo de los testículos o para el descenso de los mismos.
En el resto de los casos, los especialistas hablan de distintos factores:
- Genético: Si en la familia hay antecedentes de esta condición u otros problemas genitales. En las gestaciones de niños con síndrome de Down, no es inusual que el feto desarrolle esta condición.
- Salud materna: Uso de alcohol por parte de la madre, adicción al tabaco, drogas, etc.
- Factores ambientales: Exposición de los padres a determinados pesticidas, por ejemplo.
Es importante un diagnóstico precoz de esta complicación, ya que el hecho de tener un testículo fuera del escroto puede suponer, según todos los estudios realizados, además de la ya referida infecundidad, el desarrollo futuro de un cáncer testicular. Poca broma.
Tratamiento de la criptorquidia
Básicamente, hay dos tipos:
- Tratamiento hormonal: No es muy eficaz y puede tener efectos secundarios, por lo que en la mayoría de los casos no se recomienda.
- Tratamiento quirúrgico: En torno a los 6-12 meses de edad, mediante una operación conocida como orquidopexia, que consiste en una pequeña incisión en la ingle para que el testículo se libere de las capas que lo rodean y pueda bajar hasta el escroto.
Un problema que puede conllevar equivocaciones
La criptorquidia consiste en un testículo que no desciende a su lugar habitual. Hay otras patologías parecidas, pero no deben confundirse. Entre ellas, podemos citar:
- Testículo intraabdominal (el testículo se ha quedado atrapado en la zona abdominal)
- Testículo ectópico, que se sitúa de forma errónea fuera del canal inguinal
- Testículo retráctil, que se puede dar incluso en adolescentes y adultos, cuando el testículo sube y baja respondiendo a ciertas presiones.
Todas estas patologías deben tratarse a fin de no provocar la atrofia de los testículos y, consecuentemente, una posible infertilidad.